En el nivel más básico, las lecciones aprendidas son el resultado tangible de una revisión realizada en un proyecto o actividades organizacionales, llegando a conclusiones sobre lo que salió bien o mal.
Sin embargo, esta revisión y sus conclusiones no son realmente importantes si no se integran efectivamente con el conocimiento o las prácticas de la organización. A partir de esta integración, las Lecciones Aprendidas se convierten en una herramienta importante para generar cambio y aprendizaje organizacional. Sin embargo, cambiar por cambiar no te lleva a ninguna parte. El cambio debe combinarse con un propósito, una estrategia, la estrategia organizacional. Asi, nace la pregunta: ¿cómo alinear la estrategia organizacional con las Lecciones Aprendidas?
Las Lecciones Aprendidas deben ejecutar un ciclo de vida completo para que se conviertan en una práctica organizacional efectiva para generar conocimiento y cambio. Este ciclo de vida se compone de un conjunto de actividades que integran un modelo de gobernanza. Dar prioridad a las lecciones aprendidas es una de estas actividades.
Dar prioridad a las lecciones aprendidas significa identificar las lecciones aprendidas que son relevantes para la organización y que se llevarán a cabo hasta completar el ciclo completo. ¡La elección no es democrática! No importa si el Gerente de Proyecto, algún miembro del equipo o el Gerente de Área "encuentra" uma Lección Aprendida más relevante que la otra. Debe haber criterios previamente definidos que marquen e impulsen esta priorización. Es exactamente en este punto que la estrategia organizacional entra en juego y dirige el ciclo de vida de las Lecciones aprendidas, puntuando la priorización. Existen herramientas para implementar esta actividad haciéndola objetiva, sin "adivinar" y sin "emocion".
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